06-2013
CLÁSICO COOL
Las canciones de este disco están compuestas por un tal berT, y arregladas por shoE. Se trata, claro, de Schubert (el compositor) y de Mathias Rüegg (el arreglista y pianista), y esa manera de nombrarse en este disco, como si de rappers americanos se tratara, se acerca mucho a ese humor críptico, noreuropeo y mayormente ineficaz que siempre fue la principal y quizás la única tara de la por otra parte fabulosa Vienna Art Orchestra. El alma del alma pater de esa orquesta, Mathias Rüegg, se despliega de manera deliciosa en este disco, reafirmándolo en la quizás única encarnación válida de
ese concepto equívoco y peligroso “el jazz europeo”. Lia Pale (excelente cantante, de voz aguda, infantil, a la vez cool y difusamente sensual) interpreta las canciones de Schubert como si fueran números pop merecedores del mejor tratamiento jazz que Europa pueda ofrecer.
Detrás está la mano de Rüegg, claro, y así todo suena inmediatamente accesible y a la vez densamente complejo, con un piano que carga en cada una de esas memorables notas la tradición del jazz y de la música clásica europea. El resultado es una especie de clásico cool, con canciones que se abren paso en el recuerdo hasta quedarse enquistadas en la mente, engañosamente tarareables.
Los arreglos parecen jazzy pop hasta que dejan de serlo, y entonces el inmenso Harry Sokal llena todo con un saxo que recuerda, sí, a Houston Person, o a Ben Webster, por nombrar algunos. Y la base rítmica, sutil y aplomada, hace lo que tiene que hacer. Las letras, adaptadas (¿traducidas?) por Lia Pale y escritas por Will Miller, no dicen mucho, más allá de miniaturas paisajísticas de paisajes nevados y corazones sutilmente fisurados. No importa mucho. Con doce canciones que no superan los cuatro minutos y medio, este disco es una pequeña joya. Se adivina, allá en el fondo de todo esto, la cascada sonrisa de Rüegg.